Los padres de niños diagnosticados con TEA (Trastorno del espectro autista), se pueden llegar a sentir impotentes ante las necesidades especiales que requieren estos niños. El diagnóstico aterroriza y las expectativas de un futuro brillante para sus pequeños se ven truncadas, ya no irán a un colegio “normal”, quizás no lleguen al instituto, qué será de ellos cuando yo no esté, son ideas que muchos padres se pueden plantear.
Las diversas terapias que existen o se investigan hacen que en un principio sientan que si consiguen que sus hijos realicen todas las terapias, mejorarán o incluso llegarán a curarse. Cuando un niño es diagnosticado con TEA, Asperguer, síndrome de Down, etc. la vida de toda la familia se ve afectada, requiere un esfuerzo por parte de todos tanto económico, labora, social como emocional, cuanto mayor gravedad presente, mayor carga asumen sus padres.
Los padres de niños con necesidades educativas especiales (NEE) asumen un “peso”, unas rutinas y cambios en sus vidas que otros padres ni se plantean. Muchos de ellos llegan a la consulta del logopeda, en mi caso, con mil datos obtenidos en mil sitios, familiares, internet, estudios en otros países, terapias de dudosos resultados, informes de médicos, de maestros… que hacen que o estén confundidos o con expectativas erróneas sobre el proceso de recuperación de sus pequeños.
Es desolador para cualquier padre verse impotente ante la enfermedad de un hijo, más cuando se les expone un problema mayor. Lo alentador de todo es que se sigue investigando para obtener algunas respuestas como: por qué dentro del espectro autista existen diferencias, qué causa esas diferencias, cómo mejorar la calidad de vida de los afectados, pero la pregunta que más me cuestiono yo como logopeda es qué pueden hacer los padres para mejorar la vida de sus pequeños, qué recursos son los más adecuados, etc.
Dentro de la logopedia se trabaja de manera multidisciplinar, psicólogo, maestros, familiares directos, terapias alternativas,médicos, etc. pero lo más significativo de todo, en lo que ponemos mayor empeño y por lo que luchamos día tras día es en el diagnóstico precoz. La atención temprana, como se explica en el documental, es de suma importancia, la plasticidad cerebral y la neurogénesis son unas “herramientas” que cualquier profesional de la salud, en mi opinión, debe aprovechar al máximo. Trabajando con los niños ya sean TEA, Down, Sordos,Asperger, etc desde muy pequeños, se consiguen buenos resultados, quizás no la cura, quizás sólo sea un pequeño paso, quizás sea un nimio gesto… pero paso a paso, por pequeño que sea, se consigue avanzar. La idea es conseguir en estos niños autonomía, capacidad comunicativa, autocontrol, abrirles el mundo en pequeñas dosis, apoyarlos a superarse, a relacionarse con los demás.
Conocemos el espacio, le damos nombre a estrellas que ya están muertas, mandamos cohetes a la Luna a Marte y aún no sabemos ni la mitad de los procesos que realiza, los fallos que presenta, el potencial que puede desarrollar… nuestro cerebro.
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